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Prueba dinámica con el Škoda Octavia Combi RS 2.0 TDI 184 CV DSG
Hace unos meses, probamos a su hermano pequeño, el Skoda Octavia RS (http://ow.ly/A0ySs), y entonces, ya os comentamos que nos encontramos ante un coche familiar con un comportamiento muy deportivo, gracias a los diferentes elementos con los que está equipado que lo convierten en un coche un tanto más dinámico con respecto a la versión normal de los Octavia.
El faldón delantero con forma de nido de abeja, la parrilla delantera que es específica para esta versión, las llantas de 18 “ o las pinzas de freno pintadas en rojo, son algunos de los detalles que nos desvelan la preparación específica para este modelo. En la parte trasera, el alerón en la parte superior del portón o las dobles salidas de escape son dos signos más que caracterizan a esta versión RS.
Con sus 4,6 metros de largo, una anchura de 1.8 metros y una altura de 1.4 metros, es todo un familiar capaz de albergar a cinco ocupantes así como disponer de un enorme maletero, cuya capacidad es de 610 litros, pudiéndose ampliar fácilmente hasta los 1.740 con tan solo abatir los respaldos de los asientos traseros.
En el interior reina el negro como color determinante de ese carácter deportivo con el que Skoda ha querido teñir al Octavia Combi. Quizá el elemento que más radicaliza a esta versión son los asientos delanteros, que son tipo backet y hemos de decir que son realmente cómodos así como que recogen el cuerpo de maravilla. La calidad y el tacto de los asientos en piel y tela son excelente. Los pedales de aluminio son otro detalle delatador de esta versión.
El puesto de mandos, es muy discreto muy discreto aun tratándose de la versión más deportiva de la gama. El cuadro, lo presiden dos grandes esferas separadas por una pantalla multifunción que hace de ordenador de a bordo (Maxidot).
La consola central dispone de una pantalla desde la que se maneja el sistema de sonido, el teléfono, el sistema multimedia, la radio, el Performance Mode Selection así como el navegador. Bajo esta, encontramos los mandos del climatizador, y en la parte más baja, el selector del cambio DSG junto a los botones para desconectar el asistente para aparcar y el control de estabilidad.
Las plazas traseras son realmente espaciosas, sobre todo respetan muy bien el espacio con respecto a los asientos delanteros y son capaces de acoger a 3 personas, aunque la de en medio no irá sentada tan cómodamente como los otros dos pasajeros.
Al igual que en la versión Octavia RS de la que ya os hablamos en otra prueba (http://ow.ly/A0ySs), en lo que a equipamiento se refiere, Skoda ofrece un elenco de sistemas destinados sobre todo a la seguridad de los ocupantes, como los airbags frontales, lateral, de cabeza y rodillas, el ABS, el diferencial electrónico de deslizamiento XSD y control de estabilidad.
Dispone además de ordenador de a bordo, control de velocidad de crucero, Bluetooth, navegador, climatizador automático bizona, asistente de luces “Coming Home”, faros antiniebla con función Corner Light, faros bi-xenón, sensor de lluvia, sensores de aparcamiento traseros, radio Bolero y MaxiDot con pantalla a color.
El motor de esta unidad de pruebas es un cuatro cilindros 2.0 litros TDI que desarrolla 184 cv cuya cifra de 380 Nm de par motor que se consigue entre las 1.750 y las 3.000 vueltas. Es la variante diésel más potente disponible, aunque si queremos más sensaciones todavía, es posible optar por el motor 2.0 TSI de gasolina y 220 cv.
El 2.0 TDI es un motor elástico y que recupera muy bien. Su puesta a punto y su dinámica es muy acertada y en conjunto con el cambio DSG de doble embrague y seis velocidades lo convierten como sus cifras advierten en todo un deportivo. Acelera de 0 a 100 km/hora en 8,3 segundos y puede llegar a rodar hasta los 230 Km/h de velocidad máxima.
Esta unidad estaba equipada (opcionalmente) con el Performance Mode Selection que permite escoger entre tres modos de conducción Normal, Eco y Sport. Cada uno de ellos adapta el coche a nuestras necesidades en función del rendimiento o de la eficiencia con la que queremos conducir para conseguir así, un mayor rendimiento del motor en beneficio del consumo. Gracias a este sistema Škoda ha homologado unos discretos 5,1 litros a los 100 kilómetros, cifra que nosotros vimos aumentada durante nuestra prueba hasta los 6,5 litros, algo que no nos pareció desmesurado dadas las sensaciones y prestaciones que es capaz de ofrecer.
Esta variante del Skoda, aun siendo más grande que la del Octavia convencional tiene un comportamiento dinámico muy similar, gracias sobre todo al trabajo de la marca en la suspensión, que es muy firme y por ello no se acusan balanceos en las curvas cuando conduces alegremente por cualquier carretera plena de ellas. La dirección, variable en función de la velocidad es además precisa y transmite mucho a las manos del conductor.
Otro de los elementos que velan por la deportividad y seguridad de esta versión RS es el diferencial electrónico XDS que se encarga de limitar el subviraje actuando sobre la motricidad del tren delantero. Esto, unido al control de estabilidad ESC hace que el Skoda Combi RS parezca que circula sobre raíles a la hora de conducirlo en situaciones algo extremas.
Personalmente soy fan de los coches con este tipo de carrocerías, las encuentro muy acertadas y bonitas a la vez además de prácticas, sobre todo para los que disfrutamos de deportes de aventura, como el Kite o el submarinismo, en los que te hace falta un buen maletero para llevar todos los trastos. Nos ha sorprendido gratamente el comportamiento de este coche, así como el alto nivel de equipamiento que ofrece así como sus acabados.
Escrito por, Miguel Angel Solá
Agradecimientos
- Skoda España
- Area Kite Boarding Barcelona
- Fotos: Miguel Angel Solá
