Ayer por la tarde y en la estación invernal de Madonna di Campligio, Fernando Alonso plasmó su último trofeo para consagrarse como embajador español de la Fórmula 1. Fernando Alonso descendió del cielo en un helicoptero como anteriormente lo han hecho ya otros pilotos de Ferrari para saludar efusivamente a la concurrencia en las jornadas de convivencia "WROOOM" que Ferrari ha organizado para estos días en los Dolomitas. Vestido con una vistosa chaqueta roja, donde bien se veía la publicidad del Santander, y con una generosa sonrisa pintada en el rostro y las ganas de comenzar a trabajar, el asturiano llegó a Madonna di Campligio para la primera toma de contacto con la marca del Cavallino Rampante. Se fotografió junto a sus compañeros de quipo, Felipe Massa y Giancarlo Fisichella, así como con Hayden y Stoner, los pilotos de Ducati también patrocinados como Ferrari por Marlboro, y posó junto al símbolo que identifica esta pretemporada roja, Wrooom, el nombre que Ferrari le lleva otorgando durante veinte años a su comunidad de la nieve. Todos esperaremos expectantes el próximo jueves a la rueda de prensa que Ferrari ha organizado, para ver y escuchar por primera vez a Fernando Alonso desde dentro de la Scuderia.
Se disputó el concurso internacional de saltos Gran Premio-Copa del Mundo de Mechelen, que fue ganado por el japonés Eiken Sato que montaba a “BV Project Cartoon Z”. En segunda posición finalizó Jessica Kurten con “Castle Forbes Libertina” y en tercera Patrick Mc Entee con “Ever Mury Murais Z”. La española Pilar cordón montando a “Herald 3” finalizó en una meritoria cuarta plaza, en quinta Penélope Leprevost con “Mylors Carthago Z” y Christian Ahlmann con “Taloubet Z” en 6ª. La española sigue su buena racha despues de vencer en los grandes premios de Vejer de la Frontera y de St Lô, además de su brillante actuación en la Copa de Naciones del CSIO de Barcelona y la medalla de bronce que logró en el Campeonato de España.
Tarragona quiere tener acabado para el 2011 una nueva terminal de pasajeros donde puedan atracar cruceros de lujo, tratando de llevarse los excedentes que por saturación el puerto de Barcelona no puede albergar y se está llevando el puerto de Palamos. El sector de los cruceros de lujo tiene un importante impacto económico en las poblaciones en las que recalan estos barcos. Esta instalación se situará en la prolongación del dique, en la parte más alejada de la zona industrial, para que el tráfico de pasajeros no se mezcle con el de mercancías. El muelle provisional de cruceros tendrá unos 600 metros de longitud y capacidad para dos navíos.